lunes, 21 de diciembre de 2009

Fernando Veríssimo (un consagrado escribe para El Libro de Poemas...)


LOCKE o INSULARIZACIÓN O DESTINO

¡Espectro ominoso de John Locke

vengo a conjurarte
para que removiendo la metálica cubierta 
que alberga tus restos, 
te levantes a explicarnos el élam oculto y las ruedas subterráneas 
que enajenan las coordenadas de una extraña isla! 


Tú 
eres el enigma: ¡revélatenos! 
Siete días después de tu trágico deceso, 
el hombre de los quirófanos y el isleño de campamentos, 
al tomar distintos caminos en el mundo, 
decían: 
"¡No, no ha muerto! 
¡Aún vive! 
¡El volverá!" 


¡Verdad! 
John Locke no ha muerto; 
está vivo 
en las esperanzas de los Otros, 
en las internas y en las revoluciones insulares; 
en Némesis, el Oscuro, su impersonador: 
a esa otra horma su espíritu ha migrado, 
más retorcido, 
más poderoso; 
y lo que era sólo intuición en él, 
orientación, 
comienzo, 
convirtióse en Némesis en revancha, 
oportunidad y meta; 
la naturaleza urbana, continental y mística, 
cambióse en esta metamorfosis 
en arte, en maniqueismo y en lucha eviterna 
capaz de presentarse a la faz de la Isla 
como el modo de ser del mal encarnado 
en un antiguo dios (¿tal vez?) 
que ha pretendido tomar el lugar del calvo 
para dominar los acontecimientos, 
los hombres 
y las cosas.


John Locke, 
norteamericano, lisiado, temerario, audaz, 
fue reemplazado por Némesis, 
dios(¡quizás!) de culturas ancentrales; 
por Némesis, falso, corazón helado, 
espíritu calculador, 
que hace el mal sin pasión, 
y espera lentamente la miseria humana 
con toda la inteligencia de un Mefistófeles. 
Tirano sin rival hoy en la Isla, 
¿por qué sus enemigos quieren disputarle el título de Grande 
que le prodigan sus cortesanos? 


Sí; grande y muy grande 
es para gloria y vergüenza del ultramundo; 
porque si ha encontrado millones de seres degradados 
que se unzan a su carro para arrastrarlo 
por encima de cadáveres, 
también se hallan a millones
las almas generosas que en una eternidad de lid sangrienta 
no han desesperado 
de vencer al monstruo 
que nos propone el enigma 
del destino final de la Isla y la serie.


Un día vendrá, 
al fin, 
y la Esfinge isleña, 
tal vez mujer como en Alex, 
tal vez perro como en Vincent, 
morirá a sus plantas, 
dando a la Villa de la Isla 
el rango elevado que le toca 
entre los sitios de la imaginación humana.


El mal que aqueja a la Isla,
es la ubicación.

FE DE ERRATAS DE FERNADO VERÍSSIMO:


Me di cuenta de dos cosas;
una mía, una suya.

A la suya me remito
si le digo, sin ofensa,
que mi nombre ha malescrito.
Que el tardo y postrer Veríssimo,
con dos "S" y una "M"
ha de ser, por calco, transcripto.

Respecto de la mía:
que conveniente sería
que el subtítulo rezara
"Insulización 'y' destino"
para más fiel coincidir,
con el primal sarmientino.

(La métrica y la rima
han sido de muerte heridas
en los versos anteriores.
Como somos posmodernos,
más bien poco nos importa
causar tamaños horrores.)


F.V.

Mi error

a la premura debido
presto corrijo.
 

Pero la del suyo
la dejo en sus versos
que delatan y reparan.

 RVS 

2 comentarios:

rvs dijo...

Bueno... en todo caso nosotros, miserables ignotos, te consagramos Fernando.
Muy bueno!!!
Robertovs

Mariana Salina dijo...

Muy bueno!!!!!!...
Se pasó!!!...